Las carpas, los choripanes, las musculosas con la lengua estampada, los que llegaron de otros países, los que llegaron sin entradas, los que viven ahí y prefieren no quedarse en sus casas. Ya está -desde ayer- todo el mapa trastornado: los alrededores del Estadio Único de La Plata, donde hoy los Rolling Stones darán el primero de sus tres conciertos en Argentina, son un inmenso hormiguero que late, que se mueve, que bisbisea. Sobre todo, que espera.
Espera a que, por fin, las puertas se abran esta tarde y entonces comience la cuenta regresiva definitiva. Mientras tanto, los fanáticos acampan, se comentan sus orígenes, su ansiedad, las canciones que amarían escuchar. Y cada tanto, como una ola que se activa con determinada frecuencia, la misma banda sonora de fondo: “oooh, los stooones, los stooones, vamos los stooones”.
Constelación de estrellas
Así, a medida que su público se va acomodando en La Plata, los integrantes de la banda británica disfrutan de paseos y recitales privados en la Capital Federal. Según publicaron ayer medios porteños, Charly García participó el viernes de un show al que asistieron Mick Jagger y Ron Wood en el Four Seasons, donde se alojan.
Charly había sido invitado por la banda Cocktail Tour, que cada viernes actúa en el hotel de Puerto Madero. Cuando se sentó al piano, se encontró con que el cantante y el guitarrista estaban en el público. García no perdió el tiempo: junto con Bernard Fowler, histórico corista de la banda británica y amigo del argentino desde hace años, interpretó versiones muy personales de dos clásicos stones: “Honky tonk women” y “Beast of burden”. También tocó “Happy and real”, un tema que había grabado con Pedro Aznar para el álbum “Tango 4”.